En una cacerola mediana a fuego medio, agregue la leche evaporada, 2 tazas de agua, ¼ de taza de azúcar y la canela en astilla. Lleve la mezcla de leche a fuego lento, revolviendo de vez en cuando para disolver el azúcar. Retire la olla del fuego y deje que el líquido repose por 5 minutos. Retire y deseche la astilla de canela.

Aparte, corte el pan en rebanadas de ¾” a 1″. En una cazuela grande, coloque las rebanadas de pan en una sola capa. Vierta la mitad de la mezcla de leche caliente sobre las rebanadas de pan, deje reposar hasta que el pan absorba la leche, por unos 10 minutos. Con la espátula, suavemente voltee las rebanadas de pan y vierta el resto de la leche por encima del pan. Deje reposar hasta que el pan esté completamente saturado, por unos 20 minutos más.

Mientras tanto, en un plato hondo, bata los huevos y deje a un lado. Por separado en un plato mediano, y utilizando un tenedor, mezcle el resto del azúcar y la canela molida hasta que estén bien combinadas y deje a un lado.

Caliente el aceite de oliva en una sartén grande antiadherente o un asador a fuego medio-alto. Con la ayuda de una espátula, transfiera el pan suavemente a la mezcla de huevo (el pan debe estar muy suave); voltee el pan para recubrir por completo. Levante con cuidado las rebanadas de pan de la mezcla de huevo, dejando que el exceso de huevo gotee de nuevo en el plato. Cocine las rebanadas de pan en lotes, volteando una vez, hasta que se inflen y se doren por ambos lados, durante unos 6 minutos aproximadamente.

Inmediatamente transfiera las rebanadas de pan a un plato con canela y azúcar, una a la vez; volteándolas para que queden bien cubiertas. Sirva caliente.