Pre caliente el horno a 325 °F. Coloque a fuego medio-alto una cacerola pequeña y pesada, y agregue el azúcar más ½ taza de agua. Deje hervir y revuelva hasta que el azúcar se disuelva. Con una brocha de pastelería mojada, limpie el azúcar que se vaya pegando a los lados del molde, y deje cocinar sin revolver. Despacio vaya girando la cacerola, hasta que el almíbar se torne de color dorado, por 12 minutos aproximadamente. Cuidadosamente divida el caramelo caliente entre ocho moldes de 4-oz, coloque los moldes dentro de un recipiente para hornear profundo, y deje a un lado para que repose.

En un tazón mediano y con ayuda de una batidora, bata los huevos hasta que estén bien mezclados. Agregue la leche condensada, la leche evaporada, el extracto de vainilla, y siga batiendo hasta que todo esté completamente combinado. Divida la mezcla en partes iguales entre los moldes.

Añada con cuidado suficiente agua caliente (no hirviendo) al recipiente para hornear, hasta que llegue a la mitad de los moldes, tape herméticamente el recipiente con papel aluminio. Hornee hasta que el flan tome consistencia, pero todavía esté suave en el centro, de 22 a 25 minutos. Luego con ayuda de unas pinzas retire con cuidado los moldes del agua. Traslade al refrigerador para que se enfríen completamente.

Para servir, pase suavemente un cuchillo de mantequilla por los bordes del flan, invierta en los platos de servir. Decore con frambuesas y hojas de menta, si lo desea.